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Haz camino
viernes, 30 de mayo de 2014
viernes, 23 de mayo de 2014
Ciudades solitarias
Para demostrar lo mucho que se me puede
ir la almendra hoy haré una comparativa entre dos ciudades ficticias: Gotham
City y Macondo. (Habéis leído bien).
Gotham City, es la ciudad donde
nació Batman, para mí el superhéroe más universal de nuestro tiempo. La historia
de Batman se desarrolla en una ciudad lúgubre donde hay más horas nocturnas que
diurnas y que a pesar de ser una gran ciudad, escasean las grandes avenidas y
proliferan los callejones. Hay grandes rascacielos pero sin espacio a su
alrededor donde dejar respirar a los transeúntes. Pocos parques o plazas. En
realidad se ha manejado un escenario perfecto para el cultivo de las clases más
bajas en lo referente a delincuencia pero donde perfectamente se puede ocultar
Batman para dar caza a los criminales. Parece que el único lugar un poco
favorecido por la geografía es la Mansión Wayne en lo alto de una colina desde
la que se divisa la ciudad.
Hasta no hace mucho esta ciudad
era indefinida, no se podía seguir una lectura de la ciudad a través de las
viñetas (friki, sí), simplemente el superhéroe salta de una viñeta a otra a
través del tiempo y el espacio, aunque este último no siempre era muy
coherente. A partir del gran terremoto que asoló Gotham dejando completamente
destruida la ciudad, dando paso a la gran saga de No man's land (Tierra de
nadie), fue cuando se empezó a definir la cartografía de la ciudad gótica. Y
aunque mejor definida que el modelo anterior sigue el mismo modelo de ciudad
poco saneada.
Por otra parte tenemos Macondo,
ese pequeño pueblo surgido a partir de la necesidad de una pareja, que nace y
desaparece 100 años después. A él llega el desarrollo con la llegada del tren y
la plantación bananera, serán las guerras y la despoblación las que vacíen el
poblado.
Hasta aquí la puesta en situación.
Para saber más sobre Gotham se puede leer aquí y para saber más sobre Macondo
en este otro enlace.
Las dos ciudades se desarrollan en
los mismos tiempos. Desde que Gotham City aparece sobre el papel, han pasado
más de 75 años reales y ha sufrido varias génesis y apocalipsis de las que,
cual ave Fénix, a vuelto a renacer una y otra vez. Macondo por su parte
evoluciona en 100 años ficticios en los que se aprecia una clara génesis y un
apocalipsis del que no quedan ni las cenizas.
Las dos ciudades albergan un gran
elenco de locos y dementes. Claro está que Batman tiene los adversarios más
desquiciados de toda la historia de los cómics (exceptuando algún manga) y son
reconocidos como tales, incluso ingresados varias veces en su correspondiente
manicomio. Por otra parte Macondo, aunque de un modo más sutil, también alberga
sus propios chiflados, ha dado incluso para escribir un libro (Los locos de
Macondo: Trastornos mentales en Cien años de soledad).
Otra cosa en común e inevitable
entre ambas ciudades es la soledad a la que están abocadas. Los protagonistas
de ambas ciudades están destinados al aislamiento. En Macondo los personajes
son seres solitarios a pesar de estar rodeados de más gente, la profecía que
les maldice implica que el amor será el fin de la estirpe (aparte de la cola de
cerdo, claro está). En Gotham, Batman está solo ante el destino que se
autoimpuso desde la muerte de sus padres. Vale que tenga a Alfred, a los Robin,
a Oráculo, Catwoman ni siquiera cuenta, está claro que es un ser solitario y
que se debe por completo a su causa.
Por último, aunque siempre quedan
muchas cosas en el cajón, están los artilugios y la tecnología. En Gotham, como
no, lo más puntero sale de Empresas Wayne con los modelos armamentísticos que
se desarrollan para Batman de estrangis gracias a Lucius Fox. En Macondo, los
gitanos en general al principio y después concretamente Melquíades son los que
traen artilugios desde el exterior hasta el pequeño pueblo aislado y donde sus
habitantes se quedan perplejos ante inventos tales como unos imanes o una lupa
gigantesca, especialmente los José Arcadio.
Y con esto concluyo que dos obras
tan universales, una creada en 1929 por Bob Kane y posteriormente desarrollada por varios autores, y otra
publicada en 1967 y magistralmente escrita por Gabriel García Márquez, pueden
llegar de maneras distintas, a interpretar, narrar, comunicar los mismos
instintos humanos. Cómo dos emplazamientos tan dispares como Gotham o Macondo
pueden acoger la soledad, la locura y el interés en sí mismas a través de
diferentes caminos.
¿Os ha parecido muy loca esta
comparación? ¿Se os ocurre alguna otra? ¿creéis que se me va mucho? ¿He dejado
algún otro rasgo en común por comentar?
lunes, 19 de mayo de 2014
Escoge tu senda
Últimamente he estado leyendo esto, esto y esto. Personas
increíbles. Te dan las herramientas para cambiar tu vida. ¿Por qué no las
cogemos y las usamos y simplemente y ya? Nuestro acojonamiento y síndrome de
Estocolmo hacia nuestra propia cabeza es más fuerte que los sueños de una vida
mejor, mira que somos complicados. Los pasos son sencillos A, B y C. Y no hay
más, libertad para el resto de tu vida, eso sí una vida llena de decisiones que
tendrás que tomar tú mismo, nadie te dirá lo que tienes que hacer.
Responsabilidad. Tomar tus propias decisiones todos los días, qué harás, qué
proyectos empezarás, con quién te relacionarás, qué comerás... y un largo
etcétera. Para mucha gente, esto abruma mucho más que levantarse a las 7 todos
los días para ir a trabajar y que le digan lo que tiene que hacer todos los
días, que los anuncios le digan a dónde tiene que viajar, qué coche comprar y
cómo es el modelo de chico o chica ideal.
Bien, por una vez quiero defender al que se levanta todos los
días para ir a trabajar a "la oficina" (ya sea banco, despacho, estudio,
barco, panadería...) y que trabaja para otros. Quiero pensar que muchos de
ellos sí han escogido ese camino. Para algunos cometidos hace falta mucha gente
y grandes equipos, no sólo una persona. Alguien tiene que hacer ese trabajo. Si
todos nos dedicásemos a escribir blogs de cómo poder vivir de tu blog, a ver
quién queda para plantar papas... vale, planta tu propio huerto, pero no me
apetece coserme mis propios vaqueros. (En otro momento hablaré de la
interdependencia). Hay gente que se levanta todos los días para crear algo
grande a través de una empresa, que alguien le diga lo que tiene que hacer,
pero lo hace a gusto, que está contenta con su vida. Pone su grano de arena en
la montaña.
Vale que hay gente que está en bucle, y que no sabe cómo salir
de una espiral de disgustos, cabreos y tristeza infinita respecto a sus jefes,
compañeros y resto de gente que le rodea. Gente que no sabe lo que es una
sonrisa verdadera. Hoy no hablaré de ellos. Hoy hablo de esos que se sienten a
gusto formando parte de un grupo mayor y que sus esfuerzos le ayudarán a
conseguir resultados y recompensas grupales (y no, no hablo de orgías).
Por otra parte, están esos otros
que trabajan en cualquier sitio para ahorrar y poder dedicarse a lo que
realmente les gusta. El caso es empezar.
Vaya batiburrillo de reflexiones.
La verdad es que a mí ahora mismo me apetece trabajar para alguien para después
dedicarme a otras cosas. De verdad quiero escoger el camino de trabajar para otro
arquitecto y que me diga lo que tengo que hacer. Por una temporada. Después
quiero hacerlo por mí misma. Pero hay que aprender antes del maestro.
¿Y tú qué opinas? ¿Prefieres
trabajar para otros? ¿Quieres ser independiente? ¿Prefieres hacerlo por etapas?
Encuentro esto muy interesante, no todos somos iguales. Pero hagas lo que
hagas, escoge por ti mismo y no porque te lo impongan los demás o lo que te
rodea.
"Un gran poder conlleva una gran responsabilidad". Todos podemos ser nuestro amigo y vecino Spiderman.
sábado, 10 de mayo de 2014
Arquitecturas ambulantes
Si el otro día hablé de ciudades ambulantes, hoy le toca a las
arquitecturas ambulantes.
En 1986 Diana Wynne Jones escribe "Howl's Moving Castle",
que para que todos nos hagamos a la idea fácilmente, viene siendo la historia
que posteriormente adaptó Hayao Miyazaki al anime "El castillo
ambulante" (en español) en 2004. Un saltito de nada de Inglaterra a Japón.
El castillo es un cúmulo de cosas, diría que Howl padece de
síndrome de Diógenes, pero tiene una casita muy molona que me recuerda al
taller de mi abuelo ^^. En el fondo es una chimenea ambulante que se mueve
gracias al demonio Calcifer, puro fuego.
El libro es el primero de una trilogía, por si os quedáis con
ganas de saber más:
- Howl´s moving Castle (1986).
- The Castle in the air (1990)
(No tiene que ver con la película de Ghibli "El castillo en el cielo").
- House of Many Ways (2008).
En 1999, Shaun Tan desde Australia nos ofrece "The lost
thing", donde una "cosa" casi casa parece tener hasta
sentimientos, y no de los del tipo de HAL 9000. Aunque estrictamente no sea una
"máquina de habitar", como diría nuestro amigo Le Corbu, me recordó
precisamente al castillo de Howl e incluso a las Walking Cities de Herron
aunque a menor escala.
Por otra parte, algo más realista, tenemos el proyecto para el plan maestro de la ciudad noruega Åndalsnes
diseñado por Carl Jägnefält y Konrad Milton en 2010, donde utilizan las
vías del tren para colocar arquitecturas móviles y moverlas hacia adelante o
hacia atrás según la época del año o las necesidades. Una pena que no se haya
construido. (Más info aquí y aquí).
¿Y qué concluyo yo ahora con
este batiburrillo de cosas? Si me imagino castillos ambulantes, lost things o
walking cities pululando a su aire por el mundo adelante, se me aparece una
extraña y divertida imagen en la cabeza, pero ¿alguien ha pensado en los
ecosistemas y hábitats? Uf, creo que dejaré esta reflexión para otro día.
Como diría HAL9000: Creo que sabes al igual que yo cuál es el problema.
[ http://es.wikipedia.org/wiki/HAL_9000 ]
martes, 6 de mayo de 2014
Paciencia infinita
Si eres un arquitecto joven y con poca experiencia (rondando
los 30 por arriba o por abajo), puede que esto te sirva de ayuda. Explicaré qué
es lo que he hecho y qué estuvo mal, qué estuvo bien y qué podría estar mejor.
Seguí con mi estrategia de Austria, ya que algunos estudios
habían dicho que les gustaban mis proyectos, y al saber inglés creí que lo iba
a tener algo más fácil. Pues no. Aquí al no tener experiencia en UK la que
tengas en otros países no les vale de mucho (a no ser que lleves 10 o 15 años
trabajando y aún así no lo tengo claro). Así que mis 3 años escasos de
experiencia ya los puedo olvidar como recurso a argumentar, Aunque la
experiencia en uno mismo siempre cuenta. Por otra parte en mi portfolio no
tenía ningún modelado en 3D, sólo alguna maqueta o fotos de obra terminada.
Pues tampoco vale. Aquí el arquitecto tiene mucho de artista y poco de
ingeniero, aspectos que están más igualados en España. Así que ahora estoy como
loca aprendiendo programas para modelar 3D y rehabilitar mi portfolio que en
menos de un mes ya se quedó obsoleto. Aquí lo que importa es vender la idea y
eso se consigue visualmente con modelos 3D, que van a explicar mucho mejor una
idea que unos planos que el cliente probablemente no sepa ni interpretar en la
mayoría de las veces. Visualización. Así que os recomiendo que pongáis 3D en el
portfolio. Si ya los tenéis perfecto, sino ya os estáis poniendo a ello.
Si tienes poca experiencia ofrécete en tu carta de presentación
para un puesto de Internship, ya que sin experiencia previa en UK no te van a
querer para otro puesto (fus fus). Como para las ofertas de trabajo siempre
habrá alguien autóctono que cumpla mejor los requisitos, normalmente quedarás
en el archivo de los CV "para después por si acaso", así que ofrécete
a estudios por cuenta propia y siempre como internship.
Pues esta última estrategia es la que estoy probando ahora
gracias a los consejos de un amigo que ya está trabajando por aquí. Así que ya
os contaré si funciona en mis propias carnes o no.
Para escribir este post me he inspirado en Ángel Alegre de
"Vivir al máximo", al que agradezco desde aquí que comparta su
sabiduría y experiencia con el resto. Algo que deberíamos hacer todos un
poquito más.
Austria, Bodensee
jueves, 1 de mayo de 2014
Intentarlo hasta que salga algo
No darse por vencido y seguir hasta el final, hasta que
consigues tus objetivos. ¿Cuántos se dan por vencidos a mitad de camino, que
abandonan sus sueños por la comodidad? ¡Pero venga! ¡Qué sólo tenemos una vida!
Y hay que aprovecharla, que es difícil, sí, que habrá momentos en los que no lo
vas a pasar muy bien, también. Para mí, al menos merece la pena luchar hasta
conseguirlo, y no quedarme lamentándome en casa, algo por lo que también pasé,
pero me cansé de ello, espabilé, me levanté y dije: ¡Por mis ovarios que lo
hago! Y aunque la cosa ahora mismo me esté estresando un poco, porque veo que
estoy tardando más de lo que pensaba en conseguir lo que me había propuesto,
eso no me echará para atrás. Lo conseguiré por insistencia y por consistencia.
¿Que cuáles son mis objetivos? Pues... visto que España lo que
es la construcción y los concursos de arquitectura son pocos y mal repartidos,
y lo de reinventarme sí, pero me apetece trabajar un poco "de lo
mío". Entonces mi estrategia a seguir fue la siguiente:
- Irme al extranjero para expandir fronteras y a parte de
conseguir trabajo ver mundo.
Primer intento: Austria. MEEEE ERROOR (Todos sabéis que tono
ponerle a este error). Entregué el portfolio con su correspondiente CV y carta
de presentación, pero sin saber alemán, como que no. Que si entre ellos que no
hablan bien inglés y yo no hablo ni papa de alemán, se puede montar la de Dios
es Cristo (que al final son lo mismo, pero mejor diferenciados XD). Esto dicho
literalmente por uno de los estudios que me respondió. Me contestaron un 50% de
los estudios a los que mandé currículum (unos 15 de 30 más o menos).
Segundo intento: Volver a España. MEEEE ERROR. La cosa sigue
igual de pocha que antes. Lo de adaptarse o morir es realmente cierto, y eso
que Darwin ya nos venía avisando. Olvidaos de esperar a que la cosa cambie, la
cosa va a ser así a partir de ahora o diferente, pero no volveremos hacia
atrás. Y la reinvención se focaliza sobre todo en las profesiones artísticas, o
más bien en las que venden ideas en lugar de objetos. La gente paga antes por
algo material que por una idea, porque lo puede palpar, tocar, decir "es
mío". En cambio, por mucho que pagues por una idea nunca va a "ser
tuya". (Me voy por las ramas).
Tercer intento: Londres. MEEEE... No, ahora no. Al menos de
momento porque todavía estoy en fase de investigación. Como la vida va por
etapas, ahora mismo me apetece trabajar para alguien, para un estudio de
arquitectura que me diga lo que tengo que hacer sin tener que romperme la
cabeza. Mis motivos para empezar son aprender cómo funciona un estudio por
aquí. Así en mi tiempo libre me podré dedicar a mis otras pasiones: dibujar y
escribir. Dos cosas en las que tengo que mejorar infinito, ese tipo de cosas
que nunca dejas de aprender hasta que te mueres; en arquitectura pasa lo mismo.
Y en esta tercera fase estoy. Ya iré comentando cómo avanza la
cosa para dar consejos.
Victoria and Albert Museum
Ya lo decía Thomas Wayne: ¿Por qué nos caemos? Para aprender a
levantarnos.
Batman Begins
lunes, 28 de abril de 2014
Ciudades ambulantes
Hoy me apetece hablar un poco de
ciudades ambulantes, dejaré para otra ocasión las caravanas. Tampoco voy a
hablar de transatlánticos, portaviones, ni estaciones espaciales, aunque reúnan
bastantes condiciones para poder ser llamadas cuasi-ciudades.
No sé en qué momento se me
juntaron estas cosas en la cabeza, pero me imaginaba puestas en paralelo las
Walking Cities de Archigram, las naves imperiales de Star Wars y por algún
motivo aún más extraño, la isla voladora de Laputa. Supongo que por eso de la movilidad.
Haré una breve introducción por si
alguno está perdido:
Los viajes de Gulliver oTravels
into Several Remote Nations of the World, in Four Parts. By Lemuel Gulliver,
First a Surgeon, and then a Captain of Several Ships, publicados
por primera vez en 1726, son el resultado del mejor tripi jamás consumido.
Jonathan Swift le daba a la pelota de verdad, imaginarse una isla voladora, eso
sí era ciencia ficción de la buena, y todo por ciencia infusa. No voy a
comentar sobre esto porque es de lectura "obligatoria" en el colegio/instituto,
y porque sigue sirviendo de ácida crítica a la sociedad actual... tres siglos
después. [Lo podéis leer aquí.]
Las Walking Cities fueron imaginadas por Ron Herron en 1964, mezcla
entre la máquina de habitar de Le Corbusier e insectos de patas telescópicas.
Pensadas para un futuro postapocalíptico, estas ciudades se moverían a través
de un mundo destrozado por una guerra nuclear. Y digo yo, que estas ciudades
atravesarían valles y montañas, arrasando todo a su paso. Porque a pesar de no
modificar el territorio por no tener cimentación, al caminar, digo yo que con
esa panza, poca cosa cabría debajo, ni montaña, ni secuoya. Ni conciencia
sociológica ni ambiental, pero una gran idea.
Y tercero las Naves Imperiales
(Destructor Estelar, Ejecutor...) de Star Wars. Aparecen por primera vez en
1977 en el (ahora llamado) Episode IV: A
new hope. Una auténtica ciudad intergaláctica con la desde la que poder
conquistar diferentes planetas. Las cuento como ciudad móvil al estilo de las
Walking Cities, no así la Estrella de la Muerte, porque eso ya es a otra
escala. No sé dónde encuentran estas naves la estación para repostar, pero
deben conectar el tubo directamente al yacimiento de petróleo... aunque
seguramente funcionen con fusión nuclear, que a esas alturas ya debe de estar
bastante desarrollada.
Es de mención especial, que
mientras investigaba para redactar este post me encontré con este proyecto, un
PFC firmado por Manuel Domínguez con colaboración de Zuloark:
Nunca pensé que valdría la pena
hacer semejante proyecto y con tanto detalle para poder acabar la carrera. Pero
está claro que cuando trabajas duro y obtienes resultados de tan alta calidad (independientemente
de su utilidad o no) todo ese esfuerzo no habrá sido en vano.
Como conclusión: Me encantan este
tipo de ideas y proyectos, pero no en la realidad. Personalmente apuesto más
por recuperar las aldeas y pueblos abandonados. El retorno a la tierra (como
Manu Larcenet) y un poco de desalojo de las
ciudades. Si supuestamente en el 2050 el 75% de la población vivirá en las
grandes urbes, aprovechad ahora para conseguir vuestro pequeño huerto y que
nadie os lo quite de las manos. Será vuestro remanso de paz en esta locura.
Como diría Gandalf: ¡¡Corred
insensatos!!
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