Hoy me apetece hablar un poco de
ciudades ambulantes, dejaré para otra ocasión las caravanas. Tampoco voy a
hablar de transatlánticos, portaviones, ni estaciones espaciales, aunque reúnan
bastantes condiciones para poder ser llamadas cuasi-ciudades.
No sé en qué momento se me
juntaron estas cosas en la cabeza, pero me imaginaba puestas en paralelo las
Walking Cities de Archigram, las naves imperiales de Star Wars y por algún
motivo aún más extraño, la isla voladora de Laputa. Supongo que por eso de la movilidad.
Haré una breve introducción por si
alguno está perdido:
Los viajes de Gulliver oTravels
into Several Remote Nations of the World, in Four Parts. By Lemuel Gulliver,
First a Surgeon, and then a Captain of Several Ships, publicados
por primera vez en 1726, son el resultado del mejor tripi jamás consumido.
Jonathan Swift le daba a la pelota de verdad, imaginarse una isla voladora, eso
sí era ciencia ficción de la buena, y todo por ciencia infusa. No voy a
comentar sobre esto porque es de lectura "obligatoria" en el colegio/instituto,
y porque sigue sirviendo de ácida crítica a la sociedad actual... tres siglos
después. [Lo podéis leer aquí.]
Las Walking Cities fueron imaginadas por Ron Herron en 1964, mezcla
entre la máquina de habitar de Le Corbusier e insectos de patas telescópicas.
Pensadas para un futuro postapocalíptico, estas ciudades se moverían a través
de un mundo destrozado por una guerra nuclear. Y digo yo, que estas ciudades
atravesarían valles y montañas, arrasando todo a su paso. Porque a pesar de no
modificar el territorio por no tener cimentación, al caminar, digo yo que con
esa panza, poca cosa cabría debajo, ni montaña, ni secuoya. Ni conciencia
sociológica ni ambiental, pero una gran idea.
Y tercero las Naves Imperiales
(Destructor Estelar, Ejecutor...) de Star Wars. Aparecen por primera vez en
1977 en el (ahora llamado) Episode IV: A
new hope. Una auténtica ciudad intergaláctica con la desde la que poder
conquistar diferentes planetas. Las cuento como ciudad móvil al estilo de las
Walking Cities, no así la Estrella de la Muerte, porque eso ya es a otra
escala. No sé dónde encuentran estas naves la estación para repostar, pero
deben conectar el tubo directamente al yacimiento de petróleo... aunque
seguramente funcionen con fusión nuclear, que a esas alturas ya debe de estar
bastante desarrollada.
Es de mención especial, que
mientras investigaba para redactar este post me encontré con este proyecto, un
PFC firmado por Manuel Domínguez con colaboración de Zuloark:
Nunca pensé que valdría la pena
hacer semejante proyecto y con tanto detalle para poder acabar la carrera. Pero
está claro que cuando trabajas duro y obtienes resultados de tan alta calidad (independientemente
de su utilidad o no) todo ese esfuerzo no habrá sido en vano.
Como conclusión: Me encantan este
tipo de ideas y proyectos, pero no en la realidad. Personalmente apuesto más
por recuperar las aldeas y pueblos abandonados. El retorno a la tierra (como
Manu Larcenet) y un poco de desalojo de las
ciudades. Si supuestamente en el 2050 el 75% de la población vivirá en las
grandes urbes, aprovechad ahora para conseguir vuestro pequeño huerto y que
nadie os lo quite de las manos. Será vuestro remanso de paz en esta locura.
Como diría Gandalf: ¡¡Corred
insensatos!!